miércoles, 26 de marzo de 2008

Se sortea la vida de mi hija Paula


El título puede parecer muy fuerte o una coña según lo interprete cada persona que lo lea, pero desgraciadamente la broma no cabe en lo que os voy a contar. Desafortunadamente, poco se puede hacer salvo abandonarse a la suerte y encomendarse a Dios para que nuestros hijos puedan entrar en un colegio.

Esto es así de fuerte. En el transcurso del mes de marzo del año natural en el que vuestro hijo/a cumpla 3 años, ( salvo que haya un cambio en un sistema que dura ya varios años), tendréis que reunir una serie de papeles (certificados de empadronamiento, recibos de compañías…) que junto con una solicitud de escolarización entregareis en el colegio en el que hayáis decidido que vuestros vástagos realicen sus estudios.

Evidentemente, todos sabemos de la gran importancia que en nuestra vida tiene el colegio en el que nos educamos. Hay muchos factores por el que se elige un colegio: cercanía a la vivienda, nivel social de los niños que entran, nivel educativo, instalaciones del centro, particular-privado-concertado, educación religiosa…
La suma de todos esos factores hacen del colegio, (en el que hoy se entra con tres años y se sale con dieciocho) un elemento clave en la vida de nuestros hijos y por eso todo padre que merezca serlo se afanará para que sus hijos/as estén en el mejor de los posibles.

Pues bien, tras entregar los papeles, nuestros hijos reciben una serie de puntos por diversos criterios. Los más importantes:
a. cercanía de la vivienda o del trabajo: se establecen una serie de zonas delimitadas por no sé quién, y si eliges uno de los colegios de la zona en la que este tu vivienda habitual te asignan 10 puntos y si es por el trabajo son 6.
b. Si ya hay hermanos en el centro, x puntos
c. Si tienes padres divorciados, x puntos
d. Si tu nivel de renta roza la pobreza, x puntos
e. …

Al final, los niños con más puntos entrarán directamente hasta ir cubriendo las plazas y cuando se llegue a un nivel de puntos dónde los niños superan el número de plazas, pues al sorteo! Es decir, suponed que en un colegio con 100 plazas hay 130 solicitudes y que 50 de ellas tienen más de 10 puntos. Estos niños tienen su plaza asegurada. Suponed que a continuación hay 70 niños con 10 puntos (generalmente por cercanía de la vivienda), pues bien, se realizará un sorteo en el que se asignarían las otras 50 vacantes, quedando los 20 no afortunados en el sorteo y los de menos puntos fuera del colegio.

Es decir, que la vida de un montón de niños queda marcada por un sorteo.

¿Y que ocurre normalmente con los no afortunados? Pues normalmente, las otras 4 opciones de colegios que se pueden poner en la solicitud tendrán las plazas repletas y como no han sido elegidas por los padres como primera opción para sus hijos, no sirve para nada. Es decir, que te mandan el niño “A hacer puñetas”.

Y no me digáis que el sistema es bueno porque es objetivo. Objetivo es el sistema de puntuaciones, pero un sorteo como si fuera navidad o los cupones no puede marcar la vida de mis hijas. O no debería…

Este sorteo se celebra este año el próximo 03 de abril de 2008.

En definitiva, el sistema es una porquería, es un sistema con varios fallos garrafales que no hacen más que corroborar mi decisión de no votar a ningún sinvergüenza de los que dirigen nuestras democráticas vidas sin otra intención que beneficiarse y beneficiar a los suyos, que ya se sabe “que el que parte y reparte se lleva la mejor parte”.

Resulta que en la zona en la que encuadran mi vivienda hay sólo tres colegios. Resulta que probablemente habrá más niños que plazas. Resulta que elegir un colegio de otra zona sería dejar a mi hija casi hasta fuera del sorteo. Resulta que hay gente a la que no se le mete un superpaquete y que falsifican datos sobre su vivienda para intentar que sus hijos entren en colegios que no pertenecen a su zona. Resulta que es de dominio público que los niños de hoy en día tienen un nivel académico muy lejano al que teníamos en nuestros tiempos. Resulta que se ha perdido la figura del profesor como educador. Resulta que la figura de los profesores como autoridad a la que respetar no existe. Resulta que las clases de ahora tienen que tener 20 alumnos como máximo y antes éramos 40 y estamos mejor educados que los niños de hoy en día. Resulta que hay un montón de personas con formación universitaria que han estudiado para dar clases y están en el paro, en vez de contratar a más gente y crear más plazas en los colegios. Resulta que si te falla el sorteíto de las narices nunca entrará tu hijo en otra de las opciones razonables porque estará a la cola de cualquier niño que eligió ese colegio como primera opción, aunque tenga menos puntos que tu hijo. Resulta que por la cara te lo suelen enviar a colegios que suelen estar a tomar por saco de tu casa y la única alternativa sea ser rico y llevarlo a un privado. Resulta que hay padres que se divorcian para tener más puntos. Resulta que el típico señor que trabaja sin papeles y no declara ingresos recibe más puntos por rentas bajas.


Hay tantos resulta que da vergüenza. Mientras las izquierdas y derechas se autoinculpan de los fallos en el sistema educativo, la realidad es que estamos ahora peor que en los finales de los 80.

Pero el sistema es el que es y mi hija Paula, la pequeña Sol, el pequeño Rama y otros muchos niños se la juegan en el Sorteo Extra de Abril. El premio gordo: una plaza escolar en un buen colegio cercano a nuestras casas.

Alguien duda sobre que le hable al Gran Poder en mi estación de Penitencia…

sábado, 22 de marzo de 2008

Aqui estamos otra vez


He vuelto, y no hay mejor forma de reabrir esta ventana con una foto de la mejor pareja de Sevilla ( y no me refiero a Luis Fabiano-Kanoute).