sábado, 24 de noviembre de 2012

De Ruta por Escocia 2012


Diciembre de 2011, comida de Navidad en Pineda y después de haber comentado muchas veces la posibilidad de repetir el viaje de Gales 2003, se pone la semilla definitiva del viaje a Escocia, Scotland.

Con Web enchufado e ilusionado, por un momento pensé que quizás seríamos más de 4, pero con el devenir de las jornadas,  Anabel desinfló el globo. Salvo milagro, seríamos 4. Gran pérdida la de Anabel y un alivio la baja de un Web que se hubiera pasado los 6 días rompiéndonos las pelotas.

Los meses pasaban y las vacaciones fueron cuadrando. En septiembre ya todas las noches fueron de estudio de rutas, vuelos, hoteles… todos los detalles, para que dentro de la incertidumbre que supone este tipo de viaje todo fuera lo mejor posible. En este proceso Maru hacía de Web y Coto y Ari pasaron de mi, hasta el punto que de Escocia sólo sabían que se hablaba inglés, que hay castillos, que se juega al golf y que es la tierra del Whisky.

Tras decidir que el vuelo sería desde Málaga con Ryan Mataté, empezaron a salir noticias de chinches en los aviones, aterrizajes sin fuel y cabinas descomprimidas, etc. , etc. …  lo que provoco el rechazo más absoluto de mi querida suegra al viaje, ya que ella nos veía estrellados y sino era con el avión era con el coche de alquiler, cuando le recordé que en Scotland el volante está al otro lado. Su frase más repetida: “yo este viaje no lo entiendo”… hay!!!!!!!!
Para tranquilizar a Ari y mi mujer (los gordos nos partíamos la caja) les prometí ofrecerle 10 euritos a la azafata nada más embarcar para que no faltara gasolina. No funcionó y los nervios continuaron.

El día 12 partimos en mi carro hacia Málaga y después de dejar el coche en un parking de larga estancia (servicio recomendable) cargamos con las maletas por todo el aeropuerto hasta dar con la cola de Ryan Aire, que por supuesto era la más larga. Allí las mujeres empezaron a tocarnos la moral y después de abandonarnos en la fila con 6 maletas y abrigos, nos instaron a colocarnos en la cola de la derecha para luego hacer un adelantamiento prohibido y echarnos un pulso porque la cola de la izquierda iba más rápida. Coto juró no moverse ya que jugábamos con la ventaja de tener los billetes de embarque, pero la presión psicológica y el descojone general de los guiris que nos rodeaban pudo conmigo y cedimos. Luego le dices cabezota y te dicen que eso no es verdad.
En el avión nos sentamos tres en un lado y Coto al otro en los últimos asientos del aeroplano. Entonces una amable pareja de ancianos se colocó a su lado y se puso a jugar al basket con Félix bloqueando el rebote. Es decir, se paso 3 horas clavándole el codo como si la gorda fuera a aplastarlo en alguna turbulencia.

Aterrizamos en Edimburgo y pillamos un taxi hasta nuestro hotel céntrico  y cumplidor en su función pero sin lujos. En el viaje un amable taxista que había residido casi dos años en Barcelona nos estuvo informando de diversos detalles y cotilleando sobre nuestro viaje. 
Cansados, la gorda y yo tomamos nuestra primera pinta Tennent con unas patitas con sabor a cebolla que nos supieron a gloria.
La habitación de Ari y Coto resultó tener una mirilla doble y una cuerda roja en todo el centro que nos provocó la mayor de las dudas. Ari no se pudo resistir y tiro de la cuerdecita y bingo! Era una habitación de minusválidos con una mirilla en la que Web no hubiera necesitado ponerse de puntillas. Web te quiero, y si, mi madre está bien.

Sábado 13.
Tras un copioso desayuno donde Coto se negó a desviar sutilmente unas barritas de queso hasta el bolso de su señora, partimos hacia la cercana oficina de Avis donde nos atendió una nativa del Políngano de Edimburgo que ni Berta “Swuanzenager”. Gracias a Dios, el Peugeot 508 SW cumplía con nuestras expectativas y empezamos a rodar sin mapa de carreteras, sin navegador y con la solitaria ayuda de un mapa de cortesía bastante insuficiente que nos dieron en Avis. Yo le dí mi Iphoncito a Coto para que siguiera la bolita azul por el camino previamente estudiado camino de STIRLING, lo que le provocó un estrés parecido al de aparcar en Mapfre en Sevilla.

Llovía mucho cuando tras perdernos un par de veces llegamos al Castillo de Stirling, escenario de la coronación de reyes escoceses y múltiples batallas. Es digno de visitar (hay unos entradas que adquirimos para tres castillos) y nos reímos mucho con unos disfraces de época que nos colocamos todos menos la estirada de Marujita. Escapamos del parking sin pagar haciéndonos los compatriotas de los inventores de IKEA.

Pasando por Loch Logmond and the Troussards, parque natural de preciosas vistas fuimos subiendo hacia las Midlands y antes de pasar por Ben Navis (montaña más alta de Escocia) el hambre apareció y tiramos de barritas de queso de las que la gorda dio cuenta como el que más, importándole poco que fueran suministros desviados.
Para entonces, con el mar a nuestra izquierda, nos acercábamos a nuestro B&B Invernevis, que resultó ser lo que habíamos visto. Una casa bonita con vistas impresionantes y habitaciones monas, donde volvimos a ser agraciados con la mejor habitación. Coto y Ari empezaron a sospechar que en mis reservas hubiera especificado que las buenas rooms eran para mi.
En FORT WILLIAMS cenamos sencillo pero bien, rodeados de libros y con un cuadro de Valentín Escribano colgado en el comedor, para finalmente entrar en un Pub tuburio donde dimos cuenta a varios tipos de Whisky sólo.

Domingo 14.

Jim and Bean, dueños del B&B demostraron que la puntualidad británica es una realidad y colocaron el desayuno antes de que Ari y Coto llegaran al comedor, a la hora convenida. Maru nos desveló la realidad del B&B y de la simpatía de Jim. Jim era varón y Bean, también.

Coto y yo apretamos las nalgas al charlar con Jim y nos fuimos contentos hacia el Loch Ness en busca del famoso Nessi. Creo que sin duda, a todos nos encantó cuando llegamos  FORT AUGUSTUS el Lago Ness y el crucero en barco. Impresionante. 70 kms de largo tiene el lago, y fue muy emocionante ver a Nessi.



Antes, el Caledonian Canal nos entretuvo. Nos aprovisionamos de víveres y pusimos rumbo hacia la capital de las Highlands INVERNEVIS y nuestro castillo en la cercana localidad de Dingwall. Castillo de Tulloch Hotel en el que cumplimos el objetivo de dormir en un castillo y donde nos metimos una cena homenaje extraordinaria en la que nos atrevimos incluso con las Gaelic morcillas y un buen vino tinto de allende nuestras fronteras.

Lunes 15.

Disfrutamos de la costa del norte, su playa y pusimos rumbo de BALMORAL porque Marujita la razonable, nos “convenció” de que debíamos pasar por allí. Para llegar, carreteras de Pass and place, cambios de rasante, firme dudoso y puesto de montaña nevado.
Pero tuvo su lado positivo, el camino discurría por la conocida como RUTA del Whisky de Malta, lo que nos permitió visitar las destilerías de Cardhu y J. Walker, que resultaron ser marcas hermanas. Fotos para el recuerdo en el templo del Whisky.


A la llegada al errado Balmoral, vimos una verja preciosa y cero del castillo refugio de la familia real británica. Pa habernos matao!!
Camino de Aberdeen con hambre y sin lugar donde hacer noche… el estómago pudo a nuestra falta de techo y tras comernos unas pizzas,  empezamos a buscar un sitio para no dormir en el coche; por momentos y con la caída de la noche,  la tensión se fue apoderando de las féminas. Acabamos en Stoneheaven, pequeña localidad con un puerto muy bonito en un B&B de unos viejecitos encantadores. Paseito, pintas y a la cama.


Martes 16

Desayuno y camino de DUNNOTAR CASTLE. Precioso emplazamiento, pero la lluvia se cebo con nosotros. Igual que en el Castillo de Stirling y como luego ocurrirá en Edimburgo.

Con la climatología en contra , nos dirigimos al no muy lejano ST. ANDREWS, capital mundial del Golf, pasando por Dundee donde ni paramos. A medida, que nos acercábamos la lluvia fue mitigando y finalmente pudimos disfrutar del día sin agua.
El Hotel estaba bien,  muy céntrico y con un servicio agradable.
ST ANDREWS es de lo más destacado del viaje, por su encanto, con vida universitaria, los restos de su catedral… y evidentemente, los dos platos más fuertes,  sus campos de golf  con The Old Course y la maravillosa playa escenario de las carreras de la película  Carros de Fuego.
Cotito se dejó la paga extraordinaria en las tiendas de golf y los demás curioseamos y disfrutábamos del ambiente que rodea al mundillo.

Después de unas super hamburguesas disfrutamos del ambiente y por la noche tomamos una pintas (una de las que degustamos tenía sabor a manzana) mientras los locales veían a su selección jugándose un partido para clasificarse para el mundial contra Belgica.

Miércoles 17 
Había que salir pronto de St. Andrews porque el coche de alquiler teníamos que entregarlo antes de las 10 am  en Edimburgo y el viaje era de hora y media aproximadamente. Todo fue bien, hasta que como era lógico, (dado que el mapa no tenía detalladas las calles de Edimburgo) acabamos perdidos. Entonces, en un semáforo en el que una señal indicaba dirección obligatoria a la derecha para los coches particulares, mi sentido de la orientación me dijo que ese giro nos alejaría definitivamente, así que haciendo caso omiso de la señal y con un Bus  local pitándonos por detrás, continuamos y nos metimos en una zona donde sólo deben circular vehículos del servicio público y coches autorizados. Paramos y una amable sexagenaria nos indicó en un mapa de las 4 guías de escocia que Maru llevaba hacia dónde ir, y milagrosamente llegamos con 5 minutos de antelación al punto de entrega de Avis, donde la “Swuarzneger” le realizó un exhaustivo chequeo al 508 SW que pasamos sin problemas.

Taxi y llegada a nuestro hotel en la capital escocesa. Ese hotel nos lo recomendó Susana de Viajes Vibo en la Buhaira y realmente era una pasada por su situación e instalaciones.  Esperando para el Check in, Ari se fijo en un cartel donde las tarifas de las habitaciones no bajaban de 500€/noche por las más económicas, así que incluso pensamos si habría algún error y Coto ya se veía fregando platos, porque la Visa después de la visita a St Andrews no daba para más.

Fuimos al Castillo de Edimburgo y no nos pudo llover más. Es digno de visitar por su historia y emplazamiento en la ciudad, aunque muchas de las exposiciones en el interior no eran nada especialmente atrayentes porque se centraban en historia militar escocesa.
A la salida seguía lloviendo y nos dirigimos a la zona comercial, dónde tras una parada técnica y estratégica para comer, pasamos el resto del día, entrando en tiendas en la Princess Street y ya casi sin lluvia.
Por la noche cenamos y estuvimos en un Pub dónde degustamos otros Whiskys y a la piltra en nuestras magníficas habitaciones del Frasier Suites. El viaje tocaba a u fin.

Jueves 18 Último día y viaje de retorno.

Salimos fuera del hotel a desayunar porque no lo habíamos contratado y por casualidad acabamos dándonos de bruces con una cafetería dónde la escritora de la saga de Harry Potter escribió sus primeras obras, un local curioso y con encanto. Luego nos lanzamos a aprovechar las últimas horas, nos montamos en el típico Tostaguiris que allí es Mojaguiris y paseamos, acabando inevitablemente en calles de tiendas donde Ari y maru seguían dándole a la Visa más que Coto y yo le hemos dado al Whisky.

Finalmente, a las 2, recogimos las maletas en el hotel y el taxista más flojo del mundo nos llevó al aeropuerto donde vivimos nuestra última anécdota, ya que con la tensión del pesaje de maletas que Ryan Mataté hace de manera tan exhaustiva, a todos se nos fue un poco la cabeza con el equipaje de mano.
Maru, a pesar de mis sugerencias, decidió que los botecitos de mermelada de whisky que traía de regalo no contaba como líquido. O sea, un bote de gel no pasa pero las mermeladas según ella sí. Pero era que no y un amable escocés con el que acabamos hablando de España y las diferentes marcas de Whisky que habíamos probado se paso 20 minutos metiendo los botes en bolsas de plástico de líquidos.
Pero, lo de Ari y Coto es punto y a parte. No sólo metieron todo el neceser en la de mano y tuvieron que ver como los botes grandes eran tirados, sino que además la gorda intento pasar con una muy útil navaja multiusos que al ser descubierta provocó un Oh my God!!  Y nuestro susto, porque la policía allí no anda con tonterías y yo me veía en el calabozo del aeropuerto intentando explicar porque mi amigo llevaba un arma blanca en la maleta. Fue confiscada y no sé como nos dejaron pasar sin más.

Luego, tras las típicas tensiones en las colas de los aviones de Ryan tuvimos un retorno sin incidencias y Málaga nos recibió con agua y llegamos a Sevilla cansados pero contentos y dispuestos a disfrutar de la boda de Chacún en compañía de nuestros amigos.


En resumen, un país bonito, y un viaje estupendo en el que todo salió muy bien y nos reímos una barbaridad. Por cierto que el álbum de fotos es buenísimo!!